El mobiliario, así como la decoración tienen cierto toque de la cultura francesa, egipcia y mediterránea; estampados de animales, acabados exóticos como perlas y carey empezaron a mostrarse en el diseño de interiores, fue sensible a los descubrimientos arqueológicos egipcios, mesopotámicos, africanos, vikingos, hindúes y americanos. Por ello, fue común la aparición de motivos aztecas, mayas e incas. Consolidó, así, su carácter ecléctico e historicista.