En la decoración se agregaron elementos artesanales de la región como la cerámica vidreada, la loseta de pasta y las baldosas de barro. El despacho buscó evocar los diferentes giros que tuvo la propiedad, desde un granero hasta una casa de cambio, en las 16 habitaciones, se nota el diseño mexicano con piezas como lámparas, sillones calaca, macetas con espejos y gobelinos tejidos. Todos estos muebles en conjunto destacan un entorno personalizado para el nuevo capítulo de este espacio.