Las directrices del diseño fueron desde un principio, aprovechar al máximo la topografía del terreno, la luz natural y las orientaciones; así como las condiciones de los terrenos colindantes. A partir del análisis y consideración de cada uno de estos elementos se articularon los espacios de acuerdo a un programa. El punto de partida arquitectónico fue considerar la orientación del proyecto, alineándolo hacia la parte norte y dejando al sur espacios abiertos al exterior; al norte se generó una fachada ciega con una volumetría conformada por cuatro cajas sólidas unidas por unas conexiones transparentes. En dicha zona se localizan la circulación de toda la casa, una escalera central va conectando cada espacio mediante diferentes niveles integrando siempre con el área exterior que da al sur. Dicha zona cuenta con una iluminación cenital que ayuda a integrar el exterior con el interior, permitiendo la entrada de luz.
Este escalonamiento permite que el proyecto se vaya integrando con la topografía del predio sin ser tan agresivo con las colindancias. La orientación de cada espacio, fue un factor importante para considerar la incidencia solar y los remates visuales, para ello, los diferentes volúmenes y el uso de la materialidad, permiten una mayor privacidad, creando espacios que se integren con el exterior.