Con este término, nos referimos a materiales, aparatos, equipamientos y herramientas de última generación que de alguna forma ayudan a prevenir la contaminación microbiológica, sin que sea necesario modificar sustentablemente nuestros hábitos.
Estos espacios deben estar preparados para: facilitar el desarrollo de correctas prácticas de manipulación de alimentos, favorecer la limpieza, la higiene y el mantenimiento; proporcionar las condiciones ambientales apropiadas (temperatura, humedad, ventilación, etc.) para conseguir un espacio saludable y disponer de zonas diferenciadas de: almacenamiento, manipulación, cocinado, residuos, etc.