Más de una ocasión se nos ha acercado algún promotor de empresas funerarias para vendernos lo que aseguran «vamos a requerir algún día», y efectivamente la muerte es ese proceso por el que invariablemente transitaremos, sin embargo, como alguna vez lo dijo Woody Allen «No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda». Los panteones o cementerios son un servicio público prestado por los municipios, servicio que, como casi cualquier otro, puede ser concesionado.
Por lo tanto, las empresas funerarias cuentan con una concesión para prestar los servicios de inhumación, exhumación y cremaciones de cadáveres y restos humanos, adicionando a dichos servicios aquellos que son anexos como, el servicio de velación, florería, ataúd, el traslado, embalsamiento y arreglo del cuerpo, y la cafetería, todo ello se estaría pactando mediante un contrato atípico de prestación de servicios a futuro.