La restauración buscó que el inmueble conservara su esencia, incluso en sus orígenes funcionales, como un espacio de encuentro, la secuencia original de espacio, desde la reunión de momentos, trayectos y usospasadois, resignificando un refugio urbano para acercar y compartir la historia de la ciudad.
El predio se ubica en el número 69 de la antigua calle de Capuchinas, hoy Venustiano Carranza, donde desemboca la calle de Palma, una de las más antiguas de la Ciudad de México, encontramos un edificio que con sus propias piedras nos grita su historia. Hay, en esta historia, pasillos que desembocan al abismos, escalones empolvados y elevadores, qué más qué transportarnos, nos encierran en un callejón sin salida. El recorrido lineal y vertical genera recuerdos entre huéspedes al descubrir paulatinamente un sitio para asombrarse y reencontrarse.