Parte de la edificación original se demolió y volvió a construir, se desvistieron paredes y fachadas y se creó un nuevo volumen blanco, lleno de la luz. En total, son 600 m2 divididos en tres plantas; la primera, es la única de uso público, con 220 m2 dedicados íntegramente al cliente. Las líneas de madera suspendidas del techo recrean el tradicional juego español del Mikado, conocido en México como Palillos Chinos y dividen los distintos espacios. La farmacia cuenta con una zona de dietética, un rincón de asesoramiento al paciente, una cabina de estética y un espacio de ensueño para los más pequeños.