El continente asiático se ha vuelto un importante referente en cuanto arquitectura e ingeniería. En la ciudad de Guaiyang China se construyó un rascacielos llamado Liebian International Plaza que cuenta con una cascada artificial de 108 m de altura lo que la convierte en la más alta del mundo en este ramo; pero esta solo se puede apreciar unas cuantas veces al año debido al alto costo que implica mantenerla encendida.
Por una parte este rascacielos de 121 m de altura fue gestionado por la compañía Guizhou Property Management cuya intención era que la cascada promoviera la imagen “verde” de la ciudad además de que fuera un concepto turístico representativo ya que la región es conocida por este fenómeno natural. Cabe destacar que la fuente se encendió incluso antes de que el edificio fuera terminado.