Una de las tendencias que ha perdurado en la historia es el estilo clásico, el cual se originó en Francia en el siglo XVII y se extendió rápidamente por toda Europa, llegó a ser el estilo dominante por más de dos siglos, no es difícil de reconocerlo: cornisas, columnas, puertas y ventanas con contornos claros, chimeneas de mármol y todos los muebles tienden a ser rectangulares, es de los estilos más sofisticados y elegantes y a pesar del tiempo sigue siendo clásico.
Al contrario del estilo clásico, la esencia del estilo rústico es la sencillez, naturalidad y la rudeza. Los muebles no tienen demasiada ornamentación. La falta de materiales modernos como el metal, plástico o tejidos sintéticos. Los colores que predominan son los tonos marrones, verdes, beige, gris y dorado. La sensación de creación artesanal tiene que estar en cada uno de los muebles, este estilo está relacionado directamente con casas de campo y mucha naturaleza, pero también se puede aplicar a una oficina o un restaurante en medio de la ciudad.