Sobre dicha de percepción por género, los porcentajes presentan una variación importante, a nivel nacional el 71.0% de las mujeres perciben como insegura la ciudad en la que viven, mientras que en el caso de los hombres es de 60.9%. A nivel local, este comportamiento es similar, la percepción de inseguridad es mayor en las mujeres que en los hombres, en la ciudad de León el 76.0% de los hombres presentan dicha percepción y en Guanajuato el 67.6%, mientras que en el caso de las mujeres se incrementa en ambos casos al llegar a 82.7% y de 68.8% respectivamente.
El temor a ser víctima de un delito o percepción de inseguridad de quienes habitamos una ciudad, afecta nuestra calidad de vida y ánimo y, nos obliga a modificar hábitos y cambiar rutinas. Hoy en día es común prescindir de llevar cosas de valor cuando salimos a la calle (joyas, dinero, relojes o tarjetas de crédito), evitamos salir a caminar o pasear en la noche en nuestra colonia o cerca de nuestros domicilios, o que me dicen de evitar visitas a parientes o amigos, e incluso el no permitir que nuestros hijos salgan a jugar a la calle por miedo a convertirnos en víctimas.
A nivel urbano, la percepción de inseguridad daña el tejido social y acentúa divisiones sociales, fomenta los desarrollos habitacionales y fraccionamientos “cerrados”, “privadas” e incluso algunos denominados como “cotos residenciales”. Estos aspectos por otra parte, profundizan la marginación y la estigmatización de zonas, colonias y habitantes, por parte de algunos segmentos de población.