La segunda capa de luz es la general o de ambiente, es un manto de iluminación artificial base que permite suministrar niveles generales de claridad a prácticamente toda la superficie del lugar, se caracteriza por dar uniformidad al espacio, amplitud visual y destaca los colores que lo componen, la temperatura e intensidad. Normalmente se utiliza en lugares que requieren una potente iluminación como la sala, cocina o el dormitorio, o también se debe usar en lugar de tránsito frecuente como pasillos y baños.
La luz de acento es la tercera capa, se caracteriza por ser más brillante y decorativa. Su función es crear contrastes que despiertan interés visual sobre determinados objetos como cuadros en la pared, esculturas o elementos arquitectónicos, busca destacarlos o acentuar sus características. Puede aplicarse de distintos modos: como luz trasera o de fondo (ubicada detrás del objeto), luz directa de exhibición (enfoca directamente el objeto), focos orientables, luces de suelo, proyectores en carril y cintas autoadhesivas de ampollas led.