Con una inversión de 18 millones de dólares la construcción de 30 m de altura se realizó en récord de siete meses para inaugurarse en el año 2002. El complejo se identificó popularmente como el “Museo del ojo” por la forma que obtiene, pero en realidad la intención del diseño era representar la estilizada silueta de la araucaria, un árbol característico del estado.
Para esto se edificó una base rectangular decorada con azulejo amarillo que el mismo Niemeyer pintó, de ahí se abre la copa figurativa a la del típico pino paranense estrucuturada con vidrio y concreto que se eleva sobre una estructura con agua en el que se refleja junto al Bosque del Papa que lo rodea.