En definitiva, son espacios urbanos donde suceden fenómenos y áreas que sirven de telón de fondo a la actividad de la ciudad. En una ciudad llena, los vacíos se hacen más perceptibles, lugares sin una identidad específica, percibidos como negatividad u olvido; en este sentido, a diferencia de los no-lugares, son espacios potenciales, donde nada ocurre, pero es susceptible de ocurrir, portadores de una potencia (creativa, constructora o espacial) ante su aparente inutilidad como un territorio absorto en el tiempo.
La noción de vacío es ingeniosa en sí misma, porque el vacío es una aproximación de la nada, pero en la medida en que es concebible, deja de ser vacío:
- Dentro de las tendencias urbanísticas actuales todos quieren ser parte del espacio público, pero hace falta, sobre todo hacer evidente la necesidad del vacío, demostrar que este no-espacio también es fundamental para los habitantes.
- Estos vacíos, zonas sobrantes de la malla urbana podrían ser utilizadas como espacios simbólicos de intercambio, de información, de diversidad de funciones elaboradas por sus ocupantes u observadores.
Dr. Alejandro Guzmán Ramírez
Académico – Investigador Departamento de Arquitectura. División de Arquitectura, Arte y Diseño. Universidad de Guanajuato. e-mail. alejandroguzman06@gmail.com