Volver a ser ciudad “bicicletera”

La ciudad de León al igual que muchas poblaciones del Bajío llegó a ser un pueblo compartido por automovilistas y ciclistas, quienes circulaban en sus calles de manera ordenada, para quienes la visitaban en la década de los 80 este hecho llamaba la atención.

En 1976, cuando la ciudad cumplió 400 años y se le dio una fuerte difusión al significado de la celebración, se llamó León 400 y al igual que el equipo de futbol, en las bardas se pintó una imagen emblemática del aniversario: un cuatro y dos ruedas con engranes, simbolizando la idea de una metropoli con fábricas, moderna, nada que ver con un poblado rural abajeño, una ilusión cosmopolita. 

Eran los años de la alianza para el progreso, con una intensa migración hacia Estados Unidos, la ciudad se extendía, su población transformaba la forma en que se concebía, una sociedad que debería aspirar a tener mayor poder adquisitivo, la idea de ser vistos como un pueblo “bicicletero” nos parecía despectiva, no somos un pueblo, somos una ciudad moderna. A finales de los 70 y principios de los 80 hubo ambiciosas transformaciones urbanísticas en la ciudad. 

 

En el discurso público fueron desapareciendo los ciclistas, una población deseosa de ser cosmopolita, con centros educativos de vanguardia, industrias modernas, gobiernos que guiaban hacia el futuro a sus ciudadanos, los signos de subdesarrollo y de pobreza y de atraso fueron perdiendo relevancia, el ciclismo desapareció del lenguaje público. 

Posteriormente se hicieron invisibles. A lo largo de los años 80 fue frecuente encontrar en la prensa leonesa noticias de ciclistas atropellados, y leer que los automovilistas o conductores de camiones declaraban con frecuencia no haberlos visto, lo cual es una de las consecuencias de la “invisibilización” que se le impuso a esta parte del ecosistema vial de la ciudad, se les exigía usar placa, reflejante y luz de dínamo, por parte de tránsito, pero compartían los mismos carriles que usaban los vehículos. 

Otra forma de hacer invisibles a los ciclistas fue en las políticas públicas diseñadas para el parque vehicular solo de automóviles en calles y avenidas, una ciudad moderna, que salía del “subdesarrollo”. 

La existencia reconocida de ciclistas por la autoridad llega a inicios del siglo XXI con la construcción de obras públicas denominadas ciclovías, estas se han incrementado en su extensión, en cada administración pública que suma nuevos metros lineales. Otra iniciativa del gobierno local fue la reciente instalación de espacios para estacionamiento y renta publica de bicicletas en algunos puntos del centro de la ciudad, así como señalamientos y topes ovalados en algunas calles. 

 

León se prepara para volver a ser un pueblo “bicicletero”. La sociedad civil tiene una responsabilidad en el éxito de este proyecto, que requiere de una participación en los procesos de apropiación. Sin embargo, no podemos ignorar el antecedente del uso despectivo del término de “pueblo bicicletero”, para revertirlo en estrategias mediáticas de legitimación. 

Esperemos que el estudio de impacto cultural para la instauración de una tan necesaria “rebicicletización” en la ciudad se haya hecho tomando en cuenta la mirada de los usuarios de diversos grupos de poder adquisitivo y zonas de la ciudad. Nos corresponde impedir que esta política pública sea adoptada desde una mirada de clase y excluya a los grupos de ciclistas marginados, quienes, por necesidad, y no por compromiso ambiental se trasladan en sus propios pedales al trabajo o a la escuela. Reconozcamos que existen, que merecen ser mencionados y vistos, una parte silenciada y necesaria de nuestra identidad cultural. 

Para el regreso del ciclismo al ecosistema urbano de la ciudad se tiene que recuperar la parte dañada de la población que casi fue destruida por desconocimiento. Recuperar el civismo que nos permitió convivir en igualdad de derechos de diversidad vehicular. La construcción de la ciudadanía es la obra pública más sólida, recuperar la parte de nuestra riqueza abandonada hace 40 años.

 

José Luis Galiano, jlgaliano@hotmail.com

 

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