La ingeniosa Casa Burbuja del arquitecto francés Jean Maneval se transforma en un espacio contemporáneo, pero manteniendo su estilo retro en tan sólo 36 m².

            © Karel Balas

La década de los 60 fue una época de revolución y experimentación. Y un ejemplo de esto son las obras del arquitecto francés Jean Maneval, que construyó La Bulle Six Coques (Casa Burbuja de Seis Cascos), una pequeña vivienda que significó un antes y un después en la vivienda privada. Su ambición fue crear una nueva forma de vida, y así lo demostró. Este arquitecto fue un visionario y uno de los primeros en utilizar el plástico (concretamente el poliéster) en las construcciones, ya que era mucho más barato, resistente y ligero que otros. Y no solo eso: también quería demostrar que vivir en espacios pequeños, era suficiente. En 2014, un coleccionista francés adquirió una de estas viviendas y la trasladó a Vexin, una región al noroeste de Francia.

Como la pequeña casa estaba completamente vacía en el momento de la compra, el nuevo propietario recurrió a la ayuda de dos expertos para el rediseño. El primero fue Kif, un estudio creativo interdisciplinar fundado por Mélissa Louis y Guillaume Furet. Y a Dorothée Meilichzon, directora de Chzon, un estudio conocido por diseñar hoteles, bares y restaurantes. La visión en el proceso de renovación: una cápsula de convivencia o incluso una burbuja de acogimiento en plena naturaleza, inspirada en una suite de hotel.

Las carcasas de poliéster de la casa constan de seis partes que (teóricamente) pueden montarse y desmontarse con rapidez. Todo el mobiliario se tuvo que hacer a la medida para ajustarse a las curvas que envuelven toda la estructura, lo cual probablemente representó el mayor esfuerzo de este proyecto. Se aprovecharon al máximo los 36 m2, que componen a esta casa en forma de burbuja.