GALARINA
3 enero, 2024 / Dirección editorial Arkin
La silla catalana de seis patas es un diseño de principios del s. XX y vuelve a nuestros hogares gracias a Galarina, la firma catalana de muebles con alma e historia que estrena el interiorista Álex March. -Este es el caso de diseñadores industriales que se lanzan al siempre fascinante mundo del diseño de interiores. Para Álex March, que procede de una familia de anticuarios y de editores de libros, el valor del objeto va mucho más allá del momento de su creación. Recuperar diseños del pasado y, junto a su socio Juan Pavón inventar otros nuevos es el objetivo de esta nueva marca de muebles a temporales con sede en Barcelona.
© Daniel Schäfer
Inician esta andadura recuperando la silla catalana de seis patas, la favorita de Salvador Dalí. Un diseño original con reminiscencias a la típica silla de madera y cuerda que encontramos en todo el litoral mediterráneo.
Su uso se difundió a comienzos del siglo XX para residencias. Más tarde, en 1942, el arquitecto y diseñador racionalista Germán Rodríguez Arias la rediseñó en pino araucano y enea durante la época que pasó en Chile, en la que también se podía encontrar en la casa del poeta Pablo Neruda.
“Una silla sirve hasta para sentarse, pero con una condición: que estemos incómodos”. Lo dijo el propio Dalí, en una de sus más que frecuentes provocaciones. Sin embargo, su silla favorita es un modelo cómodo y extremadamente funcional.
La silla de 6 patas tiene el asiento más bajo de lo habitual, y cuenta con un respaldo más alto y ancho con tres traveseros, y ambos están ligeramente inclinados. En la parte de atrás hay un refuerzo con dos patas y una chambrana, situadas de forma perpendicular a las patas traseras, que sirve para aguantar la ligera inclinación del respaldo.
Los modelos están producidos en haya. Son ecológicas, y en especial el haya es muy versátil y resistente y, bien tratada, resiste el exterior y la humedad. Además, adquiere una bella apariencia al aplicar tintes y barnices. Aunque hay que añadir que, históricamente, en su fabricación se utilizaban varios tipos de maderas, según las que pudieran disponer los carpinteros de la época.- Si alguna vez tienen ocasión de acercarse a Portlligat y visitar la casa museo de Dalí, la que fue su única residencia estable, el lugar en el que vivió y trabajó de forma habitual hasta la muerte de Gala en 1982, búsquenlas en la zona del olivar, en el jardín, que se abrió al público en 2014. Allí encontrarán unas cuantas sillas de 6 patas donde sentarse a disfrutar el atardecer mirando a la bahía, tal y como lo hacía el famosísimo pintor.
La silla de seis patas es un modelo que siempre les ha fascinado y es el primero de las cinco piezas de diseños propios que ya están en fase de construcción. Es cómoda, preciosa y puede utilizarse tanto en interior como en exterior. Tiene este punto de fantasía y elegancia y estará en Galarina.