LA MAISON ROSE
8 febrero, 2024 / Dirección editorial Arkin
Situada en el barrio de Montmatre, lugar conocido como el barrio de los pintores, La Casa Rosa se encuentra situada en la esquina donde confluyen las calles Des Saules y de l’Abreuvoir.
Ramon Pichot compró esta casita hacia 1905. Él era un pintor catalán, amigo de Dalí y Picasso, a los que recibía en su casa que le servía de estudio. En 1908 se casa con Germaine Gargallo, modelo de pintores. Después de un viaje a España, Germaine vuelve a pintar las paredes exteriores de rosa y abre “La Maison Rose”. Su restaurante es frecuentado por los residentes del Bateau Lavoir y sus amigos artistas.
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La historia de La Maison Rose antes y durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo un misterio. Las fotografías parecen indicar que fue un cabaret durante unos años. En 1948, Béatrice Miolano, originaria del norte de Italia, compró este pequeño restaurante francés. Posteriormente, el restaurante fue frecuentado por una multitud de artistas, y con el paso del tiempo también por filósofos, escritores y actores famosos como Camus, y Alain Delon.
A partir del 2017, la nieta de Béatrice se hizo cargo del establecimiento. Aquí, la filosofía del lugar gira en torno a la memoria del pueblo de Montmartre, sus huertas y la historia familiar de los propietarios. Este nuevo equipo quiere reunir a la comunidad de vecinos, parisinos y visitantes en torno a una buena mesa, acogedora, creativa y responsable.
Desde luego es un lugar precioso, la casa parece como sacada de un cuento, o también como una casita de muñecas. Esta maison, continúa siendo un lugar de encuentro para muchos pintores que deseaban retratarse ahí. Este es un claro ejemplo de cuando el arte transforma la realidad, porque la casa originalmente era blanca, pero gracias a la inmortalización del pintor Utrillo ahora se mantiene de color rosa.
La maison rose es una de las razones por las que la rue de l’Abreuvoir ha sido definida como una de las más bonitas de París, pero la cosa no acaba aquí. Si continuamos calle abajo encontramos el ‘chateâu’ en el que vivieron numerosos escritores, artistas e intelectuales, como Nerval o Renoir, y que todavía conserva su misticismo.