En el marco excepcional de los jardines de Villa Medici, en Roma, Italia, este pabellón pone la madera a la vanguardia de esta experiencia sensorial que permanece lo más cerca posible de la naturaleza.

Este pabellón evoca un bosque naciente. Su forma en espiral guía al visitante por el camino hueco, revelando fragmentos del paisaje circundante entre las grietas de las lamas de madera. Poco a poco, los troncos se superponen y se vuelven más densos, el límite entre el exterior y el interior se difumina, mientras que la sucesión de polos produce un efecto cinético que parece hacer vibrar el pabellón.

En el interior de la estructura se manifiesta el olor a madera, dando vida al material e invitando al usuario a tocarlo. Al final del recorrido, la zona central, a modo de ventana abierta al cielo, da paso a la luz natural que, a medida que avanza el día, dibuja sombras que marcan la estructura. Al caer la noche, el pabellón se ilumina para convertirse en una linterna escultórica, que parece flotar a través de los vastos jardines sumidos en la oscuridad.

Un material definido por los arquitectos de DREAM, la madera se explota al máximo. La doble curva de la cinta superior es un reto técnico: ondula tanto verticalmente, siguiendo las diferentes alturas de los postes, como horizontalmente, siguiendo la forma en espiral de la estructura.

El pabellón es el resultado de una colaboración entre arquitectos, ingenieros y fabricantes de la industria maderera francesa. El volumen se construyó con 44 m3 de pino francés, cuyas propiedades ambientales le permiten almacenar el equivalente a 40 toneladas de CO2.

El pabellón está diseñado para ser desmontado y poder volverse a montar. El diseño paramétrico permitió la numeración automática de los 316 postes para un montaje eficiente, así como la optimización del corte del suelo y de los postes en CLT, permitiendo un ahorro del 20% en materiales y la reutilización de postes de madera sobrantes para el mobiliario del pabellón.