Este proyecto se inspira en un concepto arquitectónico de formas orgánicas que hace referencia al movimiento de las olas. Logra que la volumetría se integre armoniosamente con el entorno a través de la fluidez de sus contornos tanto verticales como horizontales, por medio de líneas marcadas que ayudan a la estética contemporánea tanto en las fachadas, andadores, muros como en la misma decoración de las habitaciones y áreas comunes. Aprovechando la topografía natural del terreno que asciende hacia el norte desde el nivel del mar, se crearon tres terrazas curvas que se extienden de Oriente a Poniente que albergan las habitaciones; La pendiente del terreno permite que cada terraza emerja de manera sucesiva, conectándose de forma escalonada permitiendo que todas las áreas gocen de una gran vista al mar. En la colindancia Sur se encuentran los departamentos operados por el hotel conformados por tres volúmenes de proporción cuadrada.

© Rafael Gamo

Este complejo hotelero va más allá de ofrecer alojamiento y hospedaje; se trata de un proyecto integral que fusiona hotel, departamentos, restaurantes, museo y una gran variedad de amenidades como: spa, club de playa, albercas, asoleaderos y plazas abiertas. Las distintas habitaciones y suites surgen de la topografía adyacente; para acceder a ellas, un patio foyer se erige como entrada y puente, actuando como una sección divisoria entre las diversas terrazas que están en armonía con las curvas del exterior y la geometría del interior. Este diseño armonioso es acentuado por la vegetación nativa que no solo ayuda a la privacidad, sino que también enriquece la arquitectura a través del paisajismo mediante un ambiente cálido con incorporación de maderas tropicales, textiles con colores frescos y mexicanos que ayudan a la estética contemporánea. El edificio principal se compone de tres bloques de dos niveles cada uno, superpuestos de manera escalonada, dando lugar a un total de seis bloques. Este hotel cuenta con 115 habitaciones de lujo, 13 suites y una suite presidencial.

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El diseño del complejo se caracteriza por una paleta de colores regida por el concepto donde se utilizan colores ocres, que se inspiran en el paisaje semidesértico del lugar, creando un contraste con el azul del mar, logrando un mayor atractivo.

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Otro de los pilares del proyecto es la intervención del artista mexicano Cesar López Negrete; el complejo alberga más de 400 piezas de arte que capturan la esencia y la cultura de Baja California en la antigüedad; desde sutiles detalles en las habitaciones hasta grandes esculturas en las plazas y espacios comunes reflejando la gran riqueza histórica de la región, brindando a los visitantes nacionales e internacionales una experiencia única.

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El hotel que celebra la unión entre paisaje, Arquitectura y Arte El Hotel se despliega en una extensión de 9.8 hectáreas, inmerso en formaciones topográficas del paisaje semidesértico que caracterizan a la península de Baja California Sur, específicamente en San José del Cabo. Este lujoso hotel abraza la belleza natural de la región mediante su diseño mexicano contemporáneo.

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