BIOCLIMATISMO
22 enero, 2024 / Rene Ortega
MODA PASAJERA O DISCIPLINA INTEGRAL
Estoy convencido de las bondades del clima, especialmente el de México; sin embargo, no logro concebir la idea de que otros países -con menos virtudes climáticas-, nos demuestren la factibilidad de la arquitectura bioclimática y aprovechen mejor dichas condiciones, aunado a los apoyos financieros de sus gobiernos, quienes muestran un gran interés en que las personas adquieran sistemas que disminuyan el consumo de energías no renovables.
“La única manera de predecir el futuro es crearlo.”
-Peter Drucker. Uno de los objetivos de la arquitectura bioclimática, es el equilibrio térmico del edificio. Dicho equilibrio, busca la integración del proyecto en todos sus espacios, orientaciones y formas que lo hacen único y con características propias, además de permitir la adaptación confortable del ser humano a su entorno y el aprovechamiento racional de recursos naturales; de igual manera exige una labor interdisciplinaria basada en la búsqueda de los personajes adecuados en el proceso creativo y de edificación.
El diseño bioclimático no debe ser un capricho o una moda pasajera, debe encaminarse a satisfacer por sí mismo las necesidades de confort, economía y estética del edificio en estudio, además de sobreponerse a las restricciones de un reglamento de construcción muy limitado en temas ambientales y normativas que lamentablemente no fomentan (por lo menos en México) el aprovechamiento de energías naturales.
De manera muy particular, cada uno de los proyectos que desarrollamos en nuestro despacho llevan de manera obligada una serie de características que los hacen únicos ya que nos damos el tiempo necesario para analizar y potencializar sus virtudes climáticas todo esto encaminado hacia una búsqueda de una arquitectura más humana en donde el confort y el equilibrio térmico juega uno de los papeles más importantes.
No hay receta secreta, esto es definitivo, la clave de todo esto es la constancia y el gusto por la búsqueda de alternativas bioclimáticas que al mismo tiempo logren potencializar al inmueble desde la perspectiva de inversión a corto, mediano o largo plazo según lo desee el cliente.
Mi inquietud en estos temas nace de nuevas propuestas encaminadas al aprovechamiento de los recursos naturales, por un lado, el llegar a “devolverle” al cliente parte de su inversión y por otro retribuirle a la naturaleza algo de lo mucho que nos ha proporcionado. Estoy convencido que dichas opciones enriquecerán la función del arquitecto contemporáneo.