CASTEL DELL´OVO
5 enero, 2024 / Dirección editorial Arkin
Es un lugar lleno de historia, ya que fue la fortaleza en la que se recluyó el último emperador romano, y se encuentra en Nápoles, Italia. Te contamos su fascinante historia.
El último emperador romano de Occidente fue Rómulo Augústulo, al que el caudillo Hérulo Odoacro depuso 10 meses después, permitiéndole retirarse a una fortaleza que había en la región meridional de Campania. El lugar se conoce con el nombre de Castel dell’Ovo y es uno de los atractivos turísticos de Nápoles por las leyendas que se generaron en él en tiempos posteriores.
Por supuesto, no fue el único emperador que utilizó este lugar para su retiro. Anteriormente fue ocupado por Lucio Licinio Lúculo general militar exitoso retirado, y posteriormente lo ocupó el emperador Tiberio. De hecho, el origen de aquel inmueble de ubicación apartada -Mégaride, un islote unido al continente por un istmo de toba amarilla, prolongación en el mar del monte Echiase remonta al siglo I a.C.
Esta villa napolitana termina[1]ría en manos del estado, que la reconvirtió en un castrum para que sirviera de centro administrativo-militar de la región; del original sólo quedan los tambores de las columnas y un ninfeo, puesto que todavía se reformaría más y en época tardoimperial, a mediados del siglo V d.C., el conjunto fue fortificado por orden de Valentiniano III.
Después, en el último cuarto del siglo V d.C. se estableció allí una comunidad de monjes basilios, una orden procedente de Cesarea llamada así porque seguía la regla de San Basilio. Ahí, edificaron un monasterio, quizá por impulso de Rómulo Augústulo; del cenobio sólo quedan la entrada monumental y los restos de la iglesia homónima, ya que en el siglo IX el complejo fue atacado por los musulmanes.
Con el pasar de los años, en ese espacio se edificó un castillo y fue conocido popularmente con el nombre de Torre de los Normandos. Se utilizó como residencia de reyes, luego como un lugar para guardar tesoros, y después como cárcel. Además, fue un lugar de disputa y ocupado por España. Fue quedando en el olvido… inclusive en el siglo XIX se pensó en demolerlo y construir algo nuevo. Después de la Segunda Guerra Mundial algunas familias de marineros y pescadores se instalaron en él hasta que en 1980 fueron desalojadas al ponerse en marcha un plan de restauración aprobado cinco años antes.
En la actualidad es un espacio dedicado a eventos que refuerza el carácter cultural, turístico y de ocio de su entorno junto a numerosos restaurantes y el puerto del Borgo Marinari