Y a tu encuentro siempre he de volver, porque me viste nacer y te he visto crecer, ¡Patria, que resuene tu nombre, tu dignidad y tu ser!.

Si hay algo constante en nuestras ciudades, es la transformación que da pauta a posibilidades que permitan mejorar la vida de sus habitantes. Esta constante búsqueda de una calidad de vida distinta, hace que las personas se muevan de un lugar a otro, hasta encontrar un espacio que les otorgue la posibilidad de permanecer y pertenecer.

Las ciudades y quienes las habitamos, enfrentamos desafíos y buscamos oportunidades, pensando en mejorar nuestras condiciones de vida. Esto nos habla de un proceso de transformación urbana, donde tiene sus bases la cohesión social y la participación pública, buscando la regeneración territorial. Una o de los mecanismos de transformación, son los cambios del sector rural al sector urbano, dando como resultado alteraciones que condicionan los cambios en la estructura social y territorial.

Entre los cambios que identificamos, la migración, que nos refiere al desplazamiento de personas que buscan nuevas oportunidades, ha sido uno de los factores de mayor transformación en nuestras ciudades. Estos movimientos migratorios, al modificar la forma de vida de las personas, cambian la forma en que funcionan nuestras ciudades ¿Cómo damos cuenta de esos cambios?

Uno de los principales es el sentido de pertenencia, componente esencial para la cohesión social; si se fractura, empieza a desvincularse la comunidad a su territorio; lo cual da como resultado, ciudades fraccionadas.

El movimiento migratorio es inevitable, sin embargo, la ciudad permite regresar la dignidad a la persona que la transita. Por ello, se requieren más espacios que contengan a la persona durante su paso, fortaleciendo su identidad. Los vínculos entre persona y entorno son la respuesta para que la transformación territorial y por ende de nuestras ciudades, sea positiva y retome el sentido de comunidad que le dio origen.

Finalmente, sí lo único que nos regresa ese vínculo es pertenecer, retomemos la esencia de nuestros territorios, como ese lugar de encuentro y transformación.