EL CINE DE TERROR Y LA ARQUITECTURA VICTORIANA.
25 diciembre, 2023 / Dirección editorial Arkin
Hollywood se encargó de hacer de ese estilo la casa embrujada por excelencia. Cuando vemos una película de terror es difícil no pensar en esas grandes mansiones, sus torres y sus rechinantes pisos de madera sin antes pensar en fantasmas, apariciones en sus largos corredores y fenómenos paranormales.- Alfred Hitchcock hizo que generaciones enteras no tomaran una ducha en paz al convertir una de estas mansiones en el Motel Bates; las distintas versiones de los Locos Addams (con todo y humor) la consolidaron como lugares oscuros, plagados de murciélago y Amityville (una de las cintas donde la casa es la mala de la historia) presentó una mansión de este estilo como un recinto que albergaba presencias demoníacas. Las mansiones de estilo Victoriano eran símbolo de opulencia y estatus. Las secuelas de la Guerra Civil estadounidense desaparecieron con la llegada de la llamada Gilded Age o la Era Chapada en Oro, el último periodo de la era Victoriana y que supuso la ostentación del crecimiento económico de Estados Unidos.- De esta manera la nueva clase rica encontró en este tipo de arquitectura una forma de manifestarse y construyeron muchas de estas casas tomando algunos elementos de la arquitectura del medioevo europeo como las grandes torres y ventanales hiperdecorados. La reinterpretación estadounidense de esa propuesta arquitectónica generó un nuevo estilo de mansión caracterizado por la distribución desequilibrada de torres y torretas, detalles como los adornos conocidos como pan de jengibre y los techos Mansard, destacados por su inclinación y las tejas talladas minuciosamente.
© Jessica Furtney
Sin embargo, es justo por su interior donde comienza a surgir la asociación con el cine de terror. Las extensiones de estas casas eran tan grandes que históricamente se les describe como inmensos “laberintos” donde solía haber distintos ambientes y habitaciones dedicadas a todo tipo de actividad, desde las recámaras convencionales hasta cuartos específicos para todo tipo de actividad. La configuración de estos y el poco uso que se les daba favoreció la idea de concebir estas mansiones como “un laberinto de espacios que producen ansiedad”. Por eso Guillermo Del Toro, no escatimó esfuerzos en plantear la gran mansión de “La Cumbre Escarlata” como una verdadera casa con rincones vivientes.
Después de la primera Guerra Mundial la casa Victoriana se convirtió en la antítesis de la modernidad. Surgiendo arquitectos como Frank Lloyd Wright que proponía líneas simples y depuradas. Por lo que modernismo llevó a que pronto las mansiones Victorianas protagonizaran postales de abandono y deterioro. Algo que, lejos de fantasmas, explican expertos, se atribuye a los altos costos de mantenimiento que requerían.
Pero fue la cultura pop la que acabó por cimentar la arquitectura Victoriana estadounidense como la máxima expresión de las películas de terror gracias a la llegada de la tira cómica de “Los Locos Addams” a fines de los 30. Luego de más de una década, una viñeta mostró que la lúgubre familia habitaba una mansión Victoriana. Su creador, Charles Addams, llegó a señalar que simplemente eligió una casa de ese tipo porque resultaba más fácil para los sustos. El resto es historia, aquel estilo arquitectónico quedó para siempre vinculado a los encantamientos, embrujos y fenómenos paranormales. Cintas como “Amityville”, las versiones fílmicas de “Los Locos Addams”, caricaturas como Scooby Doo y películas como “Los Otros” terminaron por encumbrar ese estilo arquitectónico como el recinto embrujado.