EL NACIMIENTO
3 enero, 2024 / Dirección editorial Arkin
El nacimiento navideño, también conocido como belén, portal o pesebre, es una de las tradiciones navideñas más antiguas de todo el mundo. ¿Conoces su historia?
Esta representación plástica del nacimiento de Jesús, además de transmitir el relato religioso en el que está cimentada la Navidad, ha abierto las puertas a muchas posibilidades creativas con el paso del tiempo.
El primer nacimiento navideño del que se tiene registro data de 1223, cuando San Francisco de Asís montó un belén en una cueva cerca de la ermita de Greccio, en lo que hoy es Italia. Su versión era un “nacimiento vivo”–es decir, con personas y animales reales, además de un pesebre–, y su finalidad era mostrar a sus fieles la humildad del entorno en el que nació Jesús. El papa Honorio III aprobó esta idea y, ante la gran respuesta de su congregación, la popularidad de los belenes fue creciendo año con año. Alrededor del siglo XV, se instaló el primer nacimiento con estatuas de barro en Nápoles, dando vida a los belenes como los conocemos hoy en día. Esta tradición se expandió por toda la península itálica y eventualmente llegó a otros países europeos como España, Alemania y Reino Unido.
El primer taller de belenes abrió en París en 1465, y el primer establecimiento español de este tipo abrió en 1471 en Madrid. El belén llegó a América Latina con los colonizadores, quienes hicieron de este elemento una herramienta más para la evangelización. El cruce de culturas dio paso a nacimientos que combinaron motivos, técnicas y materiales empleados por los artesanos de los pueblos indígenas. Con el paso de los siglos, los nacimientos han abierto una puerta creativa entre los fieles. Muchos añaden pastores o crean una villa entera alrededor de su pesebre.