HIDRÓGENO VERDE
9 enero, 2024 / Liliana Álvarez
El aumento de la demanda energética, en una economía dependiente del carbón y el petróleo significaría más CO2 y la aceleración del calentamiento global, que tiene por resultado el cambio climático.
Sin embargo, autoridades globales pretenden la descarbonización del planeta para cumplir con uno de los objetivos de la Agenda 2030: Acción por el Clima. Con este, se pretende que el mundo sea más accesible, eficiente y sostenible, e impulsado por energías limpias como lo es el hidrógeno verde.
El hidrógeno verde es una tecnología que se basa en la generación de hidrógeno a través de un proceso químico conocido como electrólisis. Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se podrá producir energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), esta tecnología ahorraría los 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles. No obstante, existen algunos interrogantes sobre la viabilidad del hidrógeno verde porque esta fuente de energía tiene puntos a favor y contra que debemos conocer:
ASPECTOS POSITIVOS: 100% sostenible: No emite gases contaminantes ni durante la combustión ni durante el proceso de producción. Almacenable: Es fácil de almacenar, lo que permite su utilización posterior en otros usos y en momentos distintos al de su producción. Versátil: Puede transformarse en electricidad o combustibles sintéticos y utilizarse con fines comerciales, industriales o de movilidad.
ASPECTOS NEGATIVOS: Coste: la energía procedente de fuentes renovables es más cara de generar. Mayor gasto energético: la producción del hidrógeno en general y del verde en particular requiere más energía que otros combustibles. Atención a la seguridad: el hidrógeno es un elemento muy volátil e inflamable, por lo que requiere requisitos de seguridad elevados para evitar fugas y explosiones.
El hidrógeno como combustible es una realidad en países como Estados Unidos, Rusia, China, Francia o Alemania. Otros, como Japón, incluso van más allá y aspiran a convertirse en una economía de hidrógeno.