LADRILLO VISTO
1 febrero, 2024 / Dirección editorial Arkin
Puede que el ladrillo visto nos remita a las entrañas de una obra que está por rematar. Sin embargo, ha sido y es el protagonista de momentos estelares de la historia de la arquitectura: desde las culturas primitivas o el arte mudéjar hasta el modernismo de Lluís Domènech i Montaner o el racionalismo de Frank Lloyd Wright.
En los últimos años, grandes figuras han decidido reivindicar esta materia prima en ocasiones denostada. Como Diébédo Francis Kéré, que lo utiliza en casi todos sus proyectos, Rafael Moneo (que lo incorporó en la ampliación del Prado y en el Museo romano de Mérida) o Studio KO (que lo usó en el Museo Yves Saint Laurent en Marrakech y en las tiendas de la firma AESOP). Incluso el premio Pritzker 2023 David Chipperfield lo tiene en su catálogo habitual.
© Chad Baumer
Cada vez más diseñadores e interioristas se atreven a introducir el ladrillo visto en los espacios con funciones ornamentales y arquitectónicas, sacando partido a su lado más expresivo y versátil.
La combinación de ventajas y posibilidades del ladrillo es imbatible: otorga calidez, permite acabados infinitos y resulta económico (y por tanto democrático).
Con el ladrillo, el límite está en la propia creatividad del artesano, y para sacarle todo el partido a su tridimensionalidad, algunos interioristas y arquitectos recuperan formatos clásicos como la celosía, con la que juegan para separar ambientes.