MALECÓN DEL RÍO
9 enero, 2024 / Arq. Guillermo Chávez Ochoa
Uno de los principales problemas que ha tenido la ciudad de León desde épocas remotas han sido las inundaciones provocadas por las lluvias.– León desde su traza original, su mancha urbana durante siglos se vio cruzada por numerosas corrientes de agua procedentes del norte, la mayoría de manera eventual en temporada de lluvias, las cuales provocaron desastrosas inundaciones, por causa del antiguo rio de señora, después de León y hoy de los Gómez, cuyas aguas se originaban en los cerros de Los castillos.
Las inundaciones más graves han ocurrido cuando las aguas de fuertes tormentas se desbordan del cauce del rio, el cual fue disminuido o reducido en algunas partes por construcciones cercanas al rio o azolvado por la basura arrojada a su interior el cual, entorpece el paso libre de las grandes corrientes generadas por tormentas.
Conforme fue creciendo la mancha urbana, los arroyos se fueron aprisionando entre las construcciones, otras veces fueron desviadas pretendiendo reducir incluso su cauce, ocasionando que se convirtieran en una fuerza destructiva en tiempos de lluvias abundantes.
Las inundaciones que más daño ocasionaron y que están documentadas ocurrieron en los años siguientes: 1637, 1647, 1749, 1762,1803,1865,1888,1911,1926,1971,1973 y 1996, hubo algunas otras de menores consecuencias, pero sin dejar de causar deterioros, angustias y molestias.
En 1803, el 14 de septiembre, se inunda de nuevo la villa, el ayuntamiento, los frailes de San Juan de Dios y los comerciantes promueven la construcción de un dique de cal y canto en la margen izquierda del río, ya que esta vez la inundación causó muchos estragos, esta vez el agua alcanzó un nivel de una vara (0.83 cm.) en la parroquia. Su costo sería de casi 12,000 pesos y se construiría en ambas márgenes del rio para proteger a la villa y al pueblo del Coecillo, la obra de la muralla fue encomendada a Francisco Fernández, quien comenzó el 5 de marzo 1805.
En octubre de 1865 se produce otra inundación de graves consecuencias, en las que se destruyeron 800 casas; no existe mucha información sobre este acontecimiento porque durante este periodo los franceses regían nuestra ciudad y los documentos de su gobierno fueron recogidos y llevados a Francia. Se sabe que el dique durante estos años fue reparado y se construyó en una parte que no existía; por estas mismas fechas se construyó el puente de la calzada.
En 1888, la ciudad de León llega a los cien mil habitantes siendo la cabecera más importante de Guanajuato y la segunda ciudad más importante de la república mexicana, en población, amplitud territorial e industria avanzada, la ciudad es bastante extensa, de planta regular, 236 manzanas, 500 calles y en total 800 casas.
En esta ocasión la inundación que sufrió la ciudad de León fue absolutamente demoledora. El día 18 de junio se descargó una terrible tromba en los cerros de Ibarrilla, de los cuales descendían con mucha velocidad inmensos arroyos de agua que se desbordaban del río amenazante, a las 11 de la noche ya estaba la ciudad anegada con sus aguas, el agua había subido a un metro en las calles más altas, haciendo que las casas se derrumbaran con gran estrépito matando a los que estaban dentro de ellas o sobre ellas y los que salían a las calles, muchos morían ahogados o estrellados contra los muros por la corriendo descontrolada. El pueblo del Coecillo, donde la mayoría de las casas eran de adobe, caían, sin remedio por su débil consistencia y ante el vigoroso impulso del agua 2,000 casas o más fueron abatidas esa noche. El agua alcanzó los dos metros y con una fuerza tan descomunal que, la corriente en las calles tumbaba árboles en donde estaba la gente resguardada, arrastraba también burros, vacas, muebles e infinidad de cadáveres de todo tipo: hombres, mujeres, niños y ancianos, aunado a que la lluvia no dejó de caer ni un instante y en total oscuridad. En la mañana un macabro y desgarrador escenario se vio en todas partes, mostrando una ciudad destruida y aun con una corriente muy vigorosa arrastrando infinidad de cadáveres, entre escombros cubiertos por el agua.
El jefe político Carlos Basauri convocó urgentemente a los vecinos para tomar las medidas para auxiliar a las víctimas y para evitar más inundaciones, se nombraron comisiones para remover los escombros, para hacer salir las aguas estancadas y las pluviales que pudieran venir; y al norte de la ciudad, a una legua y media de distancia para a abrir un tajo, ya que según el dictamen del ingeniero José Rocha, juzgó necesario para desviar las corrientes de las aguas e impedir su afluencia hacia la ciudad. También se reparó el dique virreinal en la parte norte, contigua a la plazuela de Santiago, que salió afectado por las enfurecidas corrientes del rio.
En el mes de enero de 1889 fue aprobado el proyecto que el arquitecto Luis Long presentó para la reconstrucción del dique o malecón del rio, esta obra fue encargada por el gobierno del estado, y para construirse, numerosos vecinos cedieron espontáneamente parte de sus propiedades adyacentes al rio; esta obra vino a salvar en el futuro de otras catástrofes similares.
El dique tiene las siguientes dimensiones: longitud del calicanto, del lado de la zona centro: de la calle Hidalgo al recodo; 374.16 metros, del recodo al puente del Coecillo 674.17mts., del puente a la atarjea 300mts.; de la atarjea al puente de la calzada 608.38mts.; total en metros 1,956.71.
Del lado del Coecillo: del establo al puente del Coecillo 731.57mts. entre los dos puentes 1,047.50mts.; total en metros 1779.07mts. La obra comenzó el 4 de febrero de 1889 y se terminó en junio de 1890., con un costo de $16978.13, en el mismo proyecto estaba incluido la ampliación del puente de la calzada, pero no se llevó a cabo. El muro estaba conformado con contrafuertes remata[1]dos de manera piramidal y ubicados a un promedio de 5 a 6 mts. entre sí. En 1927 se le agrego un murete de enrase de concreto para darle mayor altura.
Actualmente, el muro está muy deteriora[1]do y con muchos añadidos en algunos tramos se ha perdido y lo han extendido a lo largo del rio pero ahora con gaviones, que no son más que cajas hechas de malla metálica galvanizada rellenas con piedras acomodadas sin adherente.