A diferencia de la mayoría de los castillos italianos, el castillo de Miramar es una adición posterior al espectacular patrimonio cultural del país. Sin embargo, aunque data del siglo XIX, tiene una apariencia notable y, por lo tanto, merece estar en la lista de los mejores castillos de Italia.

Ubicado en el extremo noreste del país, el castillo de Miramar domina el pintoresco Golfo de Trieste y sus aguas turquesas en Italia. Construido durante cuatro años a partir de 1856, el castillo estaba destinado al archiduque austríaco Fernando Maximiliano y su esposa Carlota.

©Michał Bulsa

El diseño del castillo fue creado por el ingeniero y arquitecto austriaco Carl Junker. El artesano Franz Hofmann y su hijo Julius se encargaron del mobiliario y la decoración.

De una manera real para los castillos del siglo XIX, los terrenos del castillo incluyen un impresionante parque costero que se transformó por completo para poder acomodar una amplia gama de árboles tropicales y otras plantas.

En marzo de 1955, el parque fue reinaugurado con entrada libre sin cargo al público y del 2 de junio de ese año, la residencia de Maximiliano fue nombrada Museo Histórico del Castillo de Miramar siendo incrustado al Sopraintendenza per i Beni Architettonici ed il Paesaggio e per il Patrimonio Storico, Artistico ed Etnoantropológico de la región de Friuli-Venezia Giulia.

Con el paso de los años, se ha convertido en una atracción para cientos de turistas interesados en una experiencia total siendo uno de los pocos ejemplos de la residencia histórica europea, que ha sido conservada por completo con sus muebles originales y que hoy en día, transmite el encanto como si se viviera alrededor de medianos del siglo XIX.

El castillo es además un museo. Aquí, los visitantes pueden admirar las habitaciones de Maximiliano y su esposa Carlota, la sala de información que cuenta la historia de la construcción del castillo y el parque, así como las habitaciones donde vivió el duque Amadeo de Aosta (muebles de 1930-estilo raciona[1]lista). Todas las habitaciones están bien conservadas y todos los muebles son originales; adornos, muebles y objetos que datan de mediados del siglo XIX.

La sala de música, donde Carlota tocaba el piano, visible ahora en la sala VII es hermosa. En la Sala XIX hay una serie de pinturas de César Dell’Acqua que representan la historia de Miramar. Por último, los visitantes pueden visitar el Salón del Trono, que fue recientemente restaurado a su antiguo esplendor.