MUSEO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
20 mayo, 2024 / Dirección editorial Arkin
Un emblema cultural de México museo nacional de Antropología e Historia
El Museo Nacional de Antropología e Historia de México es un emblema de la identidad y la riqueza cultural del país, no solo por albergar las colecciones arqueológicas y etnográficas más significativas de la nación, sino también por su diseño arquitectónico excepcional que fusiona formas modernas con inspiración de nuestras raíces.
Concebido en un terreno triangular junto al Bosque de Chapultepec y bajo la dirección de Pedro Ramírez Vázquez, junto a sus colaboradores Jorge Campuzano y Rafael Mijares, el museo fue inaugurado en 1964 con la intención de ser un lugar donde “los mexicanos al salir de él, salieran orgullosos de ser mexicanos.”
De esta forma, para el diseño del museo se optó por un diseño rítmico que se alejaba de la monotonía de los grandes museos europeos.
La experiencia del lugar está enfocada en un patio central rodeado por salas independientes dispuestas en una secuencia armónica que permite un recorrido fluido, ofreciendo puntos de descanso y reflexión con la vegetación del bosque.
© Dan Gamboa Bohórquez
Diseño arquitectónico fusión de modernidad y tradición
Creando así, una transición natural entre las áreas internas y externas, jugando con el verde y la paleta grisácea del edificio, la cual evoca una vibra elegante, misteriosa y ancestral.
La fachada de cada volumen se caracteriza por una celosía metálica que protege del sol y produce un juego cinético a medida que los visitantes se aproximan a las entradas.
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Un espacio único
El patio principal es único en su tipo, si lo visitas te recomiendo tomarte un momento para apreciar su forma y disposición. Si pones atención, podrás notar que una cubierta de 52 por 82 metros, se encuentra suspendida en el aire con un único punto de apoyo al centro.
© Dan Gamboa Bohórquez
Esta enorme estructura se convierte en una especie de paraguas gigante que protege a los visitantes de las posibles lluvias.
El mástil central funciona como un tótem moderno por sus diseños tallados, desde el que desciende una cortina de agua, que hace que se convierta en el corazón y punto focal del museo.
© Dan Gamboa Bohórquez
Desafíos y logros de su construcción
La construcción de este museo fue todo un desafío. El tiempo de construcción, con plazos ajustados y una colección que requería instalaciones meticulosas, fue un verdadero reto.
Por lo tanto, se utilizó una división estratégica en las técnicas constructivas, combinando estructuras de acero y concreto para facilitar el montaje de las exposiciones.
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Además, la participación de comunidades indígenas en la construcción de hábitats tradicionales dentro del museo enriqueció aún más su autenticidad y relevancia cultural.
© Dan Gamboa Bohórquez
Finalmente, con un plazo de tan solo diecinueve meses, el museo fue abierto al público el 17 de septiembre de 1964, siendo un éxito en la Ciudad de México, llegando a las 25.000 visitas en un solo domingo.
© Dan Gamboa Bohórquez
La inauguración del edificio que protege los tesoros de nuestro pasado fue de gran orgullo nacional en su momento y lo seguirá siendo por su diseño y las exposiciones que alberga en su interior.
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