Este proyecto es un ejemplo del paisajismo biofílico en espacios educativos: estimulan[1]do el aprendizaje, el bienestar y la creatividad. Ambientes que inspiran, promueven el bienestar y estimulan la conexión con la naturaleza.- El paisajismo biofílico en espacios de aprendizaje reconoce la importancia de este vínculo para el desarrollo de los estudiantes, ya que beneficia el bienestar, el desempeño académico y la salud de las personas.

© José Hevia

El diseño de la escuela Reggio se basa en la idea de que los entornos arquitectónicos pueden despertar en los niños un deseo de exploración e indagación. De esta manera, el edificio se concibe como un ecosistema complejo que hace posible que los estudiantes dirijan su propia educación a través de un proceso de experimentación colectiva autodirigida, siguiendo las ideas pedagógicas que Loris Malaguzzi desarrolló para empoderar la capacidad de los niños para hacer frente a desafíos y potenciales impredecibles.

El diseño, la construcción y el uso de este edificio pretenden superar el paradigma de la sostenibilidad para comprometerse con la ecología como un enfoque donde el impacto ambiental, las alianzas más que humanas, la movilización material, la gobernanza colectiva y las pedagogías se cruzan a través de la arquitectura.

Su progresión vertical comienza con una planta baja comprometida con el terreno, donde se ubican las aulas para los alumnos más pequeños. Apilados encima de esto, los niveles superiores son donde los estudiantes de clases intermedias conviven con tanques de agua y tierra recuperada que nutren un jardín interior que llega a los niveles superiores bajo una estructura de invernadero. El segundo piso, formalizado como un gran vacío abierto a través de arcos a escala de paisaje a los ecosistemas circundantes, se concibe como la plaza social principal de la escuela. Aquí la arquitectura anima a profesores y estudiantes a participar en el gobierno escolar y a interactuar con los paisajes y territorios circundantes.

Está concebida como un ágora, un espacio semicerrado atravesado por el aire atemperado por las encinas de la campiña vecina. Aquí conviven actividades mundanas como el ejercicio con discusiones sobre cómo funciona la escuela como comunidad y cuál es la forma de relacionarse con los arroyos y campos vecinos. Este piso funciona como una cámara cumbre más que humana donde los estudiantes y maestros pueden sentir y sintonizarse con los ecosistemas de los que forman parte. Este edificio desarrolla una estrategia de bajo presupuesto para reducir su huella ambiental basada en los siguientes principios de diseño:

1.- Verticalidad para reducir la ocupación del suelo.

2.- Reducción radical de la construcción.

3.- Una gruesa envoltura de aislamiento vivo.

4.- Más pensamiento, menos material.-Arquitectos: Andrés Jaque / Office for Political Innovation Área: 59158 ft² Año: 2022 Lugar: Madrid, España.