Artesana textil que diluye los límites entre arte y diseño. Sus obras abren nuevos caminos en las posibilidades expresivas del tejido, irradiando momentos etéreos y de gran determinación.

El trabajo textil de la artista española Regina Dejiménez, entrevera arte, diseño y artesanía, e indaga en las posibilidades expresivas del tejido, con atributos como: flexible, cálido, moldeable, doméstico identificándose con esos adjetivos plenamente. El tejido enlaza con las vivencias de su infancia en el taller de costura de su madre, ahí aprendió sus primeras técnicas artesanales. Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, con especialización en escultura y materiales blandos, y con estudios de Técnica de Fotografía Artística en la Escuela de Arte No10 de Madrid, a Dejiménez le seduce su estructura clara, compuesta de urdimbre y trama y, a la vez, las infinitas formas creativas con la posibilidad de arrugar, rasgar, romper, componer, aplicar, acolchar, pintar, bordar…. es un lienzo en blanco dentro del espacio y los tiempos en la historia del arte. Trabaja desde la combinación de la memoria corporal y el conocimiento de las técnicas, los comportamientos de la materia y los fenómenos que de ello surgen. Sus piezas se contemplan como representaciones semiabstractas de estados de trasformación de materia.

© Regina Dejiménez

Dejiménez realiza instalaciones, esculturas, objetos de decoración y complementos de vestuario, como esta obra titulada ‘La célula’. Su obra habla sobre la diversidad, sobre lo híbrido, el fluir de lo vivo, o cómo el tiempo lo transforma y embellece todo; habla de la deformación, la fusión y lo complejo como elementos llenos de elegancia. Sus piezas son esculturas de escala arquitectónica, paisajes sensoriales en los que emplea lana de oveja merina trashumante, gasa de algodón y distintas técnicas de costura con estructuras de soporte. Colabora con interioristas y arquitectos para aportar emoción a los espacios mediante el textil, y con diseñadores de moda en complementos. El textil, nos recuerda Dejiménez, es “esta materia que se acerca a las personas de una manera íntima y cotidiana. Es el primer objeto que nos toca cuando nacemos y el último que nos cubre cuando morimos”