El innovador proyecto de de vivienda por  Lola Domènech & Lussi+Partner

Un edificio de madera y cerámica para un grupo de amigos Situado en una urbe en constante evolución, este edificio no solo redefine el concepto de vivienda compartida, sino que también establece nuevos estándares en el diseño de viviendas sostenibles.

Demuestra que es posible una construcción ambientalmente responsable sin necesidad de grandes áreas verdes ni la implementación de tecnologías revolucionarias.

      ©Adrià Goula

Arquitectura sostenible y vida comunitaria

Con una base de madera y cerámica, conoce el proyecto de Lola Domènech & Lussi+Partner. El edificio, destinado a cuatro parejas de amigos, es un tributo a la vida comunitaria y a la armonía con el entorno. Los residentes han apostado por una arquitectura que valora tanto la calidad del espacio como el impacto ambiental de la construcción, dando lugar a un espacio que es tanto un hogar como un experimento de convivencia y amistad.

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Diseño para la convivencia con espacios que fomentan la interacción de vivienda

Con una estructura de seis plantas, el edificio se organiza bajo la premisa de maximizar la luz natural y fomentar la ventilación cruzada. Cada departamento, de aproximadamente 80 m2, dispone de dos terrazas que ofrecen espacios al aire libre y también facilitan un flujo de aire continuo, crucial para mantener una temperatura agradable.

Este diseño permite que las áreas de estar se extiendan hacia el exterior, creando una sensación de amplitud y conexión con el entorno, incluso con un espacio limitado.

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Clasificación energética A y materiales eco-amigables

El compromiso con la sostenibilidad se refleja en la clasificación energética A del proyecto. Se realizó una elección consciente de materiales y técnicas constructivas.

La madera, la cerámica y el hormigón armado aportan calidez y textura al edificio. Características como el doble muro aislante y sistemas de climatización alimentados por aerotermia minimizan el impacto ambiental.

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Los sistemas de persianas de madera, inspirados en las tradiciones locales, y las soluciones de aislamiento térmico y acústico avanzan hacia un modelo de arquitectura pasiva, donde el diseño inteligente reduce la necesidad de clima artificial.

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Un precedente para nuevas formas de habitar la ciudad

Más allá del diseño individual de las viviendas, el proyecto destaca por sus áreas comunes diseñadas para fomentar la interacción entre vecinos.

Desde el patio de acceso hasta la piscina en la terraza, estos espacios invitan a la conviven cia, al ocio y a la creación de una comunidad. El interior de la construcción refleja un cuidadoso equilibrio entre estética y funcionalidad.

©Adrià Goula

Compromiso con la sostenibilidad

Los materiales seleccionados, desde el hormigón pulido hasta la cerámica verde-turquesa, no solo definen la paleta visual del espacio, sino que también contribuyen a la calidad ambiental de los interiores.

La iluminación, meticulosamente integrada y eficiente, realza este diálogo de materiales, creando ambientes que son acogedores y energéticamente conscientes.

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Este proyecto, por lo tanto, no solo es significativo por su contribución a la arquitectura sostenible, sino también por su capacidad de imaginar nuevas formas de habitar y compartir espacios en la ciudad, marcando un precedente para futuras iniciativas.

También plantea una pregunta fundamental: ¿Cómo queremos vivir juntos en un mundo en constante cambio?

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