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Arquitectura Urbanismo

DE LA CIUDAD VERTICAL A LA DENSIFICACIÓN URBANA

9 enero, 2024 / Dr. Alejandro Guzmán Ramírez

La densificación es un concepto y propuesta de política pública que ha sido promovido por gobiernos, expertos y organismos internacionales como una solución al problema de dispersión de las ciudades. Densificar quiere decir, en breve, utilizar de forma más intensiva el suelo urbano.– Algunas medidas que caracterizan a los planes de densificación son la construcción de viviendas verticales, incluyendo la conversión de predios que se denominan subutilizados o lotes baldíos al centro de las manchas urbanas. Los promotores de la densificación señalan que estas medidas pueden disminuir la dispersión poblacional, reducir el tiempo de transporte, hacer a las ciudades más eficientes y sustentables, y generar desarrollo urbano.

 

Pero existen tres cuestiones a considerar:

 

¿Quién densifica y para qué? En muchos casos, estos desarrollos verticales no constituyen una densificación residencial, sino la especulación para usos empresariales y mercantiles. Estos desarrollos, y los de uso residencial, se benefician de la existencia de redes de infraestructura de transporte y servicios públicos. Los nuevos rascacielos y edificios aprovechan el espacio construido, sin que existan formas de recuperar esa inversión pública. A ello se suma la casi inexistente presencia del estado en la producción de vivienda social y la desvinculación del tema de vivienda del de desarrollo urbano en la planeación y normatividad gubernamental.

 

© Marco Cappellettis

 

¿Estamos culturalmente preparados para vivir en comunidad? Las unidades habitacionales quizás sean el modelo tradicional de la verticalidad en nuestras ciudades, donde se alberga alta densidad de población, donde la gente de escasos recursos accede a un hábitat apretado y apilado intra-muros; una situación que no solo ha generado conflictos psicosociales y de inseguridad, sino que también debería estimular una cultura ciudadana de convivencia equilibrada.

 

El vivir apilado condiciona la capacidad social de intermediar entre los derechos del individuo y las obligaciones colectivas, por lo que esta situación debe considerarse como una forma política básica de participación e integración ciudadana.

 

¿La verticalidad símbolo de estatus o desigualdad? Muchas de las obras más altas de la antigüedad buscaron sobre todo rendir tributo a sus dioses y ejercer un dominio ideológico y cultural (pirámides, iglesias, mezquitas, etc.) se convirtieron en los elementos simbólicos y dominantes de la configuración visual y estructural de las ciudades, posteriormente fueron los edificios públicos de gobierno los que buscaron mediante su monumentalidad el dominio de la silueta de las ciudades. En la época contemporánea los cambios en el paisaje social, político y económico trajeron la aparición del rascacielos como el monumento del poderío económico por excelencia.

 

En este sentido el imaginario que existe sobre la ciudad vertical en base al rascacielos como un “ente autosuficiente”, distinguiéndose del tejido urbano como un hito, constituye a la vez una negación de la existencia misma del espacio público y urbano, y un símbolo de la desigualdad existente en la sociedad.

 

En suma, lo que es hoy es una aparente solución será algún día problema. Las políticas de densificación están siendo benéficas para una minoría (los desarrolladores) en detrimento de la vida urbana; ya que detrás de estos argumentos está la lógica de producción del espacio guiada por el mercado; donde el suelo urbano funciona crecientemente como un bien financiero y o un bien social.

 

© Marco Cappellett–i Dr. Alejandro Guzmán Ramírez Académico – Investigador Departamento de Arquitectura. División de Arquitectura, Arte y Diseño. Universidad de Guanajuato e-mail. alejandroguzman06@gmail.com

 

La lógica de acumulación que gobierna a esta forma de densificación nos lleva en esencia a su propia contradicción; ya que al no existir ninguna medida para que los desarrolladores privados contribuyan en la producción pública del espacio, las infraestructuras de las que hoy se aprovechan serán pronto insuficientes. El transporte público, la red hidráulica y sanitaria o los servicios de recolección de basura, sin inversión, serán incapaces de sostener poblaciones crecientes; profundizando nuevamente en dinámicas de desigualdad socio espacial.

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