High-Rise un viaje vertiginoso

¿Qué tan importante es el espacio que habitamos para nuestra salud mental?, prepárate para llevar esta respuesta al extremo.

Dirigida por Ben Wheatley y basada en la novela de J.G. Ballard, esta obra cinematográfica lleva a los espectadores a un viaje vertiginoso dentro de una torre residencial que se erige como un microcosmos de la sociedad misma.

La Torre Elysium un microcosmos de la sociedad 

La trama se desarrolla en la imponente Torre Elysium, un rascacielos monumental diseñado por el enigmático arquitecto Anthony Royal, interpretado por Jeremy Irons.

Desde los primeros minutos, la película establece una atmósfera inquietante donde la arquitectura no solo es un fondo visual, sino un personaje en sí mismo, influyendo y moldeando las vidas de quienes habitan sus paredes.

El protagonista, el doctor Robert Laing (Tom Hiddleston), encarna al espectador en su llegada a la torre en busca de anonimato y tranquilidad, solo para verse inmerso en un torbellino de complejas dinámicas sociales.

Aquí, Wheatley nos invita a reflexionar sobre el impacto del entorno construido en la psique humana y en las interacciones sociales.

Arquitectura como personaje

La estructura de la torre divide claramente a los residentes según su estatus socioeconómico, lo que la convierte en un símbolo poderoso de las disparidades de clases y en el escenario de un conflicto creciente.

Mientras los servicios comienzan a fallar y las tensiones aumentan, se desencadena un caos que revela las grietas en la fachada de la sociedad idealizada que Royal había imaginado.

Cuestionamiento del poder 

La interpretación de Irons como el distante y arrogante arquitecto Anthony Royal añade una capa adicional de complejidad a la narrativa.

Royal personifica la desconexión entre el creador y su creación, mostrando cómo la genialidad arquitectónica puede coexistir con una falta de empatía hacia aquellos que habitan sus obras.

“High-Rise” no solo es una adaptación de la novela de Ballard, sino también una meditación sobre el poder transformador del entorno construido y sus implicaciones en la sociedad.

A través de su lente distópica, la película nos incita a cuestionar nuestras propias relaciones con el espacio que habitamos y las estructuras de poder que lo sustentan.

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