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Arquitectura Urbanismo

INTERCAMBIADOR DE HUANGJUEWAN

3 octubre, 2024 / Dirección Editorial Arkin

Huangjuewan la montaña rusa de asfalto que desafía la gravedad

El paisaje urbano de China es tan sorprendente por su magnitud, diseño y complejidad. El intercambiador de Huangjuewan en Chongqing es un claro ejemplo de estas estructuras que redefinen los límites de la ingeniería vial.

 

A simple vista, parece una montaña rusa de asfalto creada por inteligencia artificial, pero es una realidad tangible que destaca por su complejidad y magnitud.

 

Ingeniería al límite

Chongqing, con sus 17,3 millones de habitantes, enfrentaba un problema creciente de atascos vehiculares debido a su rápido desarrollo. La respuesta a este desafío fue el intercambiador de Huangjuewan.

Chongqing, la ciudad que construyó un laberinto vial de cinco niveles

Este colosal proyecto, abarca 16,4 kilómetros y alcanza una altura máxima de 37 metros, siendo así una hazaña arquitectónica china.

 

El intercambiador cuenta con 20 rampas, ocho direcciones y cinco niveles distintos, lo que lo convierte en un entramado vial sin precedentes. A pesar de su apariencia laberíntica, los diseñadores aseguran que es más intuitivo de lo que parece. La construcción de este proyecto conllevó muchos retos.

 

Cómo se construyó el intercambiador de Huangjuewan

Construir en una zona montañosa y desigual presentó desafíos significativos. Los ingenieros utilizaron columnas tubulares de acero rellenas de hormigón y vigas compuestas para adaptarse al terreno y minimizar la interrupción del tráfico existente. La planificación y el diseño tomaron cinco años, y la construcción, iniciada en 2009, se completó en 2017.

 

El intercambiador es una maravilla arquitectónica y un testimonio de la capacidad de la ingeniería para resolver problemas urbanos complejos. Sus creadores incorporaron rampas adicionales para corregir errores humanos, permitiendo a los conductores dar la vuelta en un máximo de diez minutos.

 

El intercambiador como símbolo de innovación urbana

Además, la señalización bilingüe y el uso de códigos numéricos en las carreteras ayudan a orientar a los conductores. El intercambiador de Huangjuewan es más que una solución vial, es una lección en adaptabilidad, ingenio y planificación urbana.

 

Nos muestra cómo la ingeniería puede transformar desafíos aparentemente insuperables en oportunidades para innovar y mejorar la vida en las ciudades.

 

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