LA IGLESIA DE TAS
Una conexión entre dos mundos
Ubicada en Sopuerta, la Iglesia de Tas que data del Renacimiento, es una joya arquitectónica con una historia rica y respetable. Con su fachada de piedra y ventanales ornamentados, la iglesia sirvió como lugar de culto durante generaciones antes de caer en desuso y ser testigo de décadas de abandono.
Después de mucho tiempo, una nueva etapa comenzó y lo que antes era un lugar de veneración, se convertiría en un hogar, dándole paso a una nueva forma de utilizar el espacio.
© Carlos Garmendia Fernández
Explora cómo los arquitectos conservaron la esencia renacentista de la Iglesia de Tas
El proyecto de remodelación de la Iglesia de Tas fue un acto audaz de restauración llevado a cabo por las manos apasionadas de Tas Careaga, buscando un nuevo sitio para vivir, y Garmendia Cordero Arquitectos que extendieron sus manos en apoyo a Tas.
© Carlos Garmendia Fernández
Los arquitectos y artesanos se sumergieron en la historia de la iglesia, conservando cuidadosamente elementos originales mientras incorporaban toques modernos para crear un espacio habitable y acogedor.
Desde la restauración de frescos hasta la preservación de detalles arquitectónicos únicos, cada paso del proyecto respira respeto por el pasado y visión para el futuro.
© Carlos Garmendia Fernández
Conoce la renovación de la Iglesia Tas y su historia
La remodelación de la iglesia de Tas es un testimonio de la creatividad y el respeto por la historia. Conservando cuidadosamente elementos arquitectónicos originales, como arcos y columnas de piedra, los diseñadores han logrado preservar la esencia renacentista del edificio mientras infunden una nueva vida en cada rincón.
© Carlos Garmendia Fernández
Ventanas antiguas se convierten en marcos para vistas modernas, y la piedra centenaria se encuentra con toques contemporáneos en una danza arquitectónica única.
© Carlos Garmendia Fernández
De una Iglesia De altar a sala de estar, Iglesia de Tas
Ahora es un hogar cálido y acogedor usando los espacios que alguna vez resonaron con rezos. El antiguo altar se ha transformado en el epicentro de la sala de estar, y los vitrales filtran la luz del sol en un espectáculo de colores que danzan en las paredes.
Es una fusión única de lo antiguo y lo nuevo, donde cada habitación cuenta una historia diferente.
© Carlos Garmendia Fernández
La Iglesia de Tas, una vez abandonada y olvidada, ha sido transformada en un hogar que mezcla la historia con la modernidad, dejándonos un testimonio de cómo la arquitectura puede ser un puente entre el pasado y el presente.
© Carlos Garmendia Fernández
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