El Buen Tono, un nuevo capítulo para un ícono industrial en Guanajuato

El Centro para la Innovación, Competitividad y Economía Creativa El Buen Tono se erige como un punto de desarrollo y creatividad en la región Laja-Bajío, ubicado en una fascinante construcción histórica que está siendo objeto de un ambicioso proyecto de restauración.

Este espacio multifuncional busca estrechar la relación entre el sector empresarial y el educativo, fomentando la investigación y el desarrollo tecnológico, y promoviendo nuevos modelos de negocio que impulsarán el crecimiento económico de la región.

En una reciente entrevista, el Secretario de Desarrollo Económico Sustentable, Ramón Alfaro Gómez, habló sobre el proyecto de restauración del Buen Tono, un inmueble histórico catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como patrimonio histórico-arquitectónico, destacándose por su arquitectura industrial del siglo XX.

El edificio, que originalmente funcionó como la destilería La Internacional y posteriormente como la cigarrera El Buen Tono, fue adquirido, con gran visión, por el Gobierno del Estado en 2018 y está siendo transformado por Guanajuato Puerto Interior en un centro creativo, bajo la idea de su Director General, Héctor López Santillana.

La restauración se ha dividido en varias fases, comenzando con la eliminación de elementos no originales y la consolidación de las estructuras de los tres edificios que componen el conjunto.

Incluye mejoras estructurales en las cubiertas y la restauración de bienes muebles como puertas, ventanas y techumbres, respetando el valor histórico y la belleza del edificio mientras se adapta a sus nuevos usos.

Un componente esencial del proyecto es la creación de un parque comunitario en las áreas exteriores, diseñado para proporcionar un espacio recreativo para la comunidad que fomentará la convivencia y el esparcimiento.

La ejecución del proyecto es coordinada por la Secretaría de Infraestructura, Conectividad y Movilidad (SICOM) y validada por el INAH, con GPI supervisando los trabajos.

Carlos María Flores Riveira, un arquitecto y fotógrafo de renombre, participa en la restauración. Carlos María destacó los desafíos urbanos del proyecto, particularmente su integración con el parque Fundadores 450 y la mejora de la conectividad y el transporte público en la zona.

Carlos María subraya la importancia de amalgamar el carácter histórico del inmueble con su potencial para el desarrollo económico, cultural y social.

Este proyecto se enmarca en el Plan de Desarrollo encabezado por IPLANEG, destacándose como una iniciativa para revitalizar un ícono de la arquitectura industrial y prepararlo para un futuro innovador.

Carlos María resalta que este tipo de remodelaciones tienen un impacto positivo en la identidad y orgullo de la comunidad, promoviendo un desarrollo económico y social sostenible.

Propone que se promuevan más iniciativas similares para rescatar otros edificios patrimoniales y darles un uso significativo contemporáneo.

Con una sinergia entre la iniciativa privada, el gobierno estatal y los especialistas, este proyecto promete convertirse en un referente nacional e internacional, potenciando las cualidades de la región y sirviendo de modelo para futuras intervenciones en patrimonio histórico.

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SAN MIGUEL REGLA